sábado, 19 de junio de 2010

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Caos agudo (¿o crónico?). Eterno miedo a la existencia, al sin sentido... mezclado con esas ganas locas de vivir a pleno, SUPRAVIVIR. De que la rutina no agote la transformabilidad de un espíritu, de que los cajones no se llenen de papeles que jamas volveran a ser leídos, de que el paso tibio no nos acostumbre a una lìnea recta, de que las indecisiones no terminen arruinando la coartada. Correr, gritar y revolcarnos en el campo entre pasturas. Y contar lunares y reir a carcajadas o simplemente como se de la gana. De fumarnos los sahumerios y putearnos con poesía. De que expoloten los oídos y te sangren con la música que canta tu cerebro.