miércoles, 6 de octubre de 2010

Delirius tremus

Putrefacción de palabras clichés, de avisos y desusos. Discursos vacíos o saturados que no sirven más que para romper silencios. Es hora de explotar conscientes. De perder el miedo a la incomodidad de lo nuevo. De arriesgar y a fuerza de porrazos enfrentar al viento. Y que los ojos nos lloren de frío en la cara y nos duela el cuerpo de reír miserias. Y otra vez la repetición viciosa . Me revientan las palabras , las letras. No es capricho es que la estaticidad pesa gravedad. Ya la regresión se infinitiza y martiriza. No hay nada contra la imaginación solo que la materialidad es necesaria . Y no te mientas, no quieras conformarme. El acompañamiento es necesario, son tus decisiones y no me incluyas. No es inevitable. Le esquivo al mal trago y a la quietud . Y que hay con los constantes re-inicios? Pues si no te gustan no te presiono pero me sientan mejor que la pasividad atómica. No te culpo, son solo formas distintas de ver lo mismo. Y si, puedo equivocarme no huelo a arrogancia solo a vino y a jazmín y a deseo. Era hora, siempre ansiando una vuelta de tuerca. Es que desaparecen los tornillos y que más da. No importan cuantas vueltas les demos. 

sábado, 19 de junio de 2010

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Caos agudo (¿o crónico?). Eterno miedo a la existencia, al sin sentido... mezclado con esas ganas locas de vivir a pleno, SUPRAVIVIR. De que la rutina no agote la transformabilidad de un espíritu, de que los cajones no se llenen de papeles que jamas volveran a ser leídos, de que el paso tibio no nos acostumbre a una lìnea recta, de que las indecisiones no terminen arruinando la coartada. Correr, gritar y revolcarnos en el campo entre pasturas. Y contar lunares y reir a carcajadas o simplemente como se de la gana. De fumarnos los sahumerios y putearnos con poesía. De que expoloten los oídos y te sangren con la música que canta tu cerebro.